X Formas de descubrir a un mentiroso.


1. Concordancia. Cuando alguien dice algo que no sucedió, que no piensa o no siente, su actitud corporal no coincide con sus palabras. Su cuerpo no miente, expresa lo que en realidad quisiera decir, mientras que sus palabras son medidas y poco naturales. Si desconfías de lo que alguien te dice, préstale más atención a lo que dice su mirada o los gestos de su boca que a sus palabras.

2. Posición frontal. Cuando un individuo intenta establecer comunicación franca y directa contigo, ubica su cuerpo frente al tuyo. Hacemos esto de manera automática, buscando establecer el mejor contacto posible con el otro. Pero si es un mentiroso el que busca hablarte, es posible que sin siquiera darse cuenta intente no estar 100% frente a ti. Esto indica que su cuerpo se siente protegido en un ángulo menos directo. También podrá aprovechar esta posición para evitar el contacto directo visual.

3. Rigidez. Decir mentiras es algo que tensiona hasta al más experimentado. Si sospechas de sus palabras, busca indicios de estrés o rigidez corporal. Éstos pueden revelarse incluso en la sonrisa o la mirada, que parecerán demasiado falsas.

4. Mírame muy bien. Este es uno de los signos más conocidos a la hora de detectar a un mentiroso, y es también uno de los más certeros. Gran parte de la comunicación se establece a partir de la mirada, ésta nos puede revelar mucho sobre una persona y sus intenciones. Si alguien es incapaz de sostener una mirada constante, es posible que esté diciendo mentiras. Otro signo inconfundible de los poco honestos es mover rápidamente las pupilas en todos los sentidos, o mantenerlas fijas en un punto lejano. Estos comportamientos también pueden atribuirse a la timidez o la desconfianza, pero si aparecen en alguien con quien te relacionas frecuentemente y nunca los habías visto antes en él, es posible que esté ocultándote algo.

5. Cambiemos de tema. Un mentiroso se siente vulnerable e incómodo cuando está mintiendo. Incluso si es bueno haciéndolo o tiene una mirada imperturbable, por dentro todas sus alarmas están encendidas. Seguramente buscará cambiar rápidamente de tema y pasar a otra conversación que lo haga sentir menos expuesto. No le dejes salida, insiste en el tema que están tratando.

6. Cuestión de verosimilitud. Todas la mentiras tienen sus puntos débiles. No importa qué tan bien preparadas estén, no son historias reales y por lo tanto en algún momento aparecerá el detalle que revela su naturaleza irreal. Indaga, pregunta, hazlo repetir los hechos, sé un buen detective y las pistas llegarán a ti.

7. El cuello, las orejas y las manos. Estas son las partes del cuerpo que un mentiroso tocará repetidamente si está nervioso o siente que pronto lo van a atrapar. Su cuerpo reacciona intentando distraer tu atención, quiere que te enfoques en sus movimientos y dejes de ponerle atención. Si hace esto es porque siente que está perdiendo la batalla. Tal vez es buen momento para confrontarlo.

8. Actitud defensiva. Cuando el mentiroso siente que no tiene más escape, se defiende. Si estuviera hablándote sobre algo que en realidad sucedió, no se molestaría en repetir la historia o darte todos los detalles que pides. Pero si en cambio sabe que su relato tiene vacíos y tarde o temprano saldrá a la luz alguna inconsistencia, la mejor manera de evitar que avances será defendiéndose. Si responde a tus preguntas con otras del tipo “¿por qué quieres saber eso?“ o te dice ”eso ahora no es importante", seguramente está llegando a su límite y usa la defensa como ataque.

9. Tono y velocidad. Cuando alguien miente tiende a alterar el tono y el ritmo con los que normalmente habla. En la mayoría de los casos la voz puede ser más aguda y el ritmo más acelerado. Es posible que además de hablar muy rápido no vocalice bien, se salte letras o incluso palabras. Hace esto porque no se siente seguro de lo que está diciendo y quiere terminar pronto con su discurso. Frénalo un poco, pídele que repita si no entiendes...

10. Tecnología de punta. Hoy en día es mucho más fácil decir mentiras a través de una pantalla o por teléfono. Si tu sospechoso siempre quiere chatear en lugar de hablar y prefiere discutir un tema importante por teléfono, es posible que se esté refugiando en la tecnología para no darte la cara. Piénsalo: a través de la pantalla tú no puedes acceder a todas las claves de su lenguaje corporal que lo dejarían en evidencia fácilmente. Además, al escribir tendrá más tiempo para planear sus respuestas y darle solidez a su coartada, mientras que personalmente podría titubear.

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